Tuesday, March 22, 2016

¿Que es un Agricultor?

No cultivamos o plantamos un bosque. Somos bosque, tanto como el árbol, la seta, el corzo, somos una especie empotrada en un sistema, un organismo vivo que depende de muchos órganos interiores para mantener salud y equilibrio

Ayer con mi hermano y un amigo estuvimos hablando de lo que quiere decir ser un agricultor y si es algo que queremos ser.

Para mi tiene la connotación de una persona dedicada a un esfuerzo diario de quitar un rendimiento de la tierra. Aunque sea un agricultor ecológico, observando patrones naturales, veo siempre el interés inconsciente de conseguir una receta que dará más productividad, no lo veo como alguien viviendo el milagro de la experiencia inmediata, un entorno que merece observación en sí, que nos rodea, estando en ella porque si, no porque hay que conseguir una cosecha. Para una mente de cazador recolector, no hay una cosecha, hay regalos que se reciben en un gran círculo de don, de vida y muerte, en cual somos actores pero no dueños. Ven al hombre dentro del hábitat: el viento, la luz, la temperatura, el contorno del pendiente, los minerales, la vegetación, todos tienen un papel, no simplemente son datos, están actuando, son seres también.

 Agricultor también me suena  a un trabajo especializado. Si un agricultor es responsable de alimentar a varios más, para mí es un estilo de vida que le quita al agricultor el tiempo de desarrollar las otras partes de su humanidad, quizás su espiritualidad, su expresión artística o curiosidad intelectual.  Además, su especialización les permite a otros vivir sin tener que estar empotrados en un ecosistema, de participar en la danza de la vida. O sea vivir en harmonía con las estaciones, la lluvia, la fase de la luna, la intensidad y ángulo de sol. Mantener un pequeño huerto, secar medicinales, compostar, construir una estufa y mantener una mata de árboles para leña, estos son actividades que cualquier persona puede caber en su horario o rutina y que le da mucho más que comida, energía o medicina, le conecta al presente, le saca de la ilusión de la separación y le mete en un flujo como parte de su hábitat. Toda persona puede tener costumbres y actividades cuotidianas que están dentro de una red ecosistémica.

Entonces para mí no cultivamos, somos bosque. No nos considero agricultores, somos criaturas que son capaces de usar una alta nivel de cooperación e inteligencia para conseguir nuestras necesidades y que gracias a ser conscientes también podemos hacer papel de artistas, científicos, músicos, filósofos, artesanos y mucho más, muchas veces siendo estas cosas a la misma vez. Y cuando cumplimos esos papeles de una manera que estamos ampliando la belleza, fertilidad y diversidad que la naturaleza lleva millones de años desarrollando, nos sentimos felices y el espíritu de todo lo natural nos lo agradece.


Somos parte de un proceso, un mantenimiento regenerador, un ciclo, un nuevo ecosistema que contiene al ser humano como especie clave pero no central. Un ser que puede crear conexiones con su consciencia. No estamos en una labor que meramente sana a la naturaleza, que recoge el mugrerío que hemos creado. Estamos en un proceso que nos devuelve a la naturaleza, que reconoce que la madre Gaya nos concibió y que siempre hemos sido parte de ella, aunque una parte extraviada. Y no es simplemente sacar de ella lo que necesitamos de una manera responsable sin contaminación o sobreexplotación, es volver a la danza. 




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